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Cuatro pájaros posan sobre ti.
Sobre ti, ausente.
Y quizás nunca llegues a verlos volar,
Es el viento soplándote de frente
Cuando comienza la fuerza,
La lucha contra el viento.
Así son los silencios
Gritándote justo sobre tu cara.
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Acá todo tan oscuro.
Lleno de espectros esperando por devorar mi carne.
Acá es a donde llegamos.
Vestidos de velos sin color,
Algo amarillentos,
Cicatrizando nuestras rodillas.
Un pequeño niño
Se regocija y ríe al verme tendido
Mientras el fuego me purifica
Y me hace desaparecer.
Siempre estaremos podridos
Por más fuego
Que llueva sobre nuestras cabezas.
Ahí esta la verdad.
Marchamos con ella a nuestras espaldas
Como sombras que van y vienen sin decir adiós.
Atravesamos un río de mentiras
Y santa hermandad.
Siento que me besa la frente
Mientras yo trato de respirar
Con los pulmones llenos de promesas rotas.
Y es ahora.
En la oscuridad
Cuando tienes que disponerte a dar tu paso
A través del mar de esos fuegos ardientes
Que llevan tu nombre.
Su nombre.
Mi nombre.
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La muchacha posa sobre la ventana
Mirándote en el mar.
Buscando tus abrazos,
Tus risas intrépidas
Y solo puede ver el horizonte.
Sus ropas uniformes
La delinean...
Observa un barco,
Te piensa en él,
Te ve llegar
Y esa ventana
Ahora pierde sentido.
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Podremos ver
Como todos los edificios
Se desmoronan ante nosotros.
...
Todas aquellas tradiciones ya muertas
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Cada quien escucha el sonido que quiere escuchar.

La lluvia solo hace así y tú lo sabes.

Mis palabras tenían otro significado.